Se califica de ingrato a quien no devuelve favor por favor, se dice de esos hijos que nunca se cansan de exigir pero no retribuyen los esfuerzos de los progenitores, hasta hay naciones que no agradecen la dotación con la que Dios las distinguió.
Algunos creen ver agradecimiento en los animales; basados en la experiencia de dar de comer a un perro en la calle, que de seguro lo siguen y cada vez que se encuentren batirá la cola como señal de alegría, la verdad es que no existe evidencia que los animales experimenten sentimientos tan refinados como el agradecimiento, lo que sí es fácil de concluir que solo se trata de instinto: el animal identifica a quien lo alimenta con el propio alimento suministrado, ese procedimiento es recurrente en todos los espectáculos con animales, sean leones, perros, delfines o focas. Si imaginamos esa relación entre hombres, o sea: humanos tanto el que da como el que recibe, tendremos un escenario muy distinto; el que da tiene dos alternativas de inspiración: la primera es ejercicio de generosidad y la segunda actuar imitando al domador, o sea esperando algo a cambio, lo cual convierte el acto en simple interés, por otro lado quien recibe también puede asumir dos actitudes: la del animal ante el domador, o experimentar un sentimiento genuino y limpio de agradecimiento. Si analizamos el asunto desde el punto de vista ético, deberíamos descartar el papel del domador pues hablamos de hombres con sentimientos y dignidad, si quien recibe asume el puesto de “menear la cola” ante quien lo alimenta, está asumiendo el rol neto de animal.
El hombre que busca retribución a su dádiva se convierte en domador, está violando las leyes divinas: el propio Jesús dice en Mateo 6:2-3 dice: “ Cuando des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en la sinagoga y en las calles, para ser alabado por los hombres; de cierto os digo que ya tiene su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”.
El gran pecado de los tiempos actuales es justamente que los hombres actuamos como animales: tirando mendrugos o mendigándolos, cambiando limosnas por obediencia, pidiendo sumisión a cambio de regalos.
Dios es amor, amor descrito en 1Corintios 13:4-7 como : sufrido, benigno, sin envidia, no es jactancioso ni se envanece, no hace nada indebido, desinteresado, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre , todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, por ello Pablo en Gálatas 5:13 , Pablo nos advierte “Porque vosotros, hermanos a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En cada acto el hombre tiene la oportunidad de escoger si actuar como animal o como criatura inteligente, con voluntad, sentimientos y por sobre todo con la dignidad de ser la creación especial de Dios Padre, asumiendo lo que somos: simples administradores, quien asuma otro papel sencillamente está equivocado, al único ser a quien es preciso agradecer obedeciendo y sirviendo, por ser el verdadero autor, dueño y proveedor es a Dios ( Deuteronomio 8:11-14, 17-18).
INGRATITUD
enero 26, 2013 por plumacristiana
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